LA SENDA INESPERADA

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(Foto: J.J. Guillén; Agencia EFE)

 

El 10 de febrero de 2019, un retraso en su vuelo evitó a Inés Arrimadas su foto en la plaza de Colón, al lado de Casado y Abascal. Aquella inesperada (¿) ausencia hizo correr ríos de tinta sobre las supuestas ( o no) desavenencias entre Rivera y su principal activo político, la mujer que había logrado desbancar al nacionalismo catalán del liderazgo en las elecciones autonómicas y que ahora se ofrecía a ser “sacrificada” como candidata por Madrid. En las siguientes semanas, Albert Rivera quemó en la pira de la (extrema) derecha gran parte del capital político que había adquirido, con astucia, paciencia y algo de suerte, durante más de una década y dejó a Ciudadanos al pie de los caballos montados por Casado y Abascal y a Inés Arrimadas convertida en punto más que enterradora de aquél lejano sueño de centrismo.

Posiblemente, cuando dentro de cincuenta años los estudiosos de las ciencias sociales y políticas analicen nuestro tiempo, con menos pasión y mala leche de lo que hacemos ahora, darán con las claves que expliquen esta suerte de década de efervescencia política en la que andamos embarcados. El surgimiento, crisis y reconversión de Podemos; el devenir del PSOE, con herida interna de flanco a flanco; la travesía del PP, de vuelta a los brazos de FAES. Pero si alguna formación representa lo lábil del tiempo político actual es Ciudadanos, de minoría periférica a candidato a la Moncloa y de nuevo a la práctica irrelevancia tras un viraje ideológico del centro a las posiciones más conservadoras. Rivera pasó de ser “socio preferente” de Pedro Sánchez, en los albores de 2016, al enemigo de buena parte de la militancia socialista, convertida en hinchada “anti-naranja” al grito de “con Rivera, no” después de aquella sentencia suya que le arrinconó de manera definitiva. “Nunca pactaré con el PSOE”. Y Ciudadanos dejó de ser una opción.

Esta mañana Arrimadas apoyó la renovación del Estado de Alarma por cuarta vez. De repente, la ausente en la foto de Colón, ha abierto un escenario inesperado, nuevo y que sitúa a la formación naranja de nuevo en actor protagonista. Desde el inicio de la crisis sanitaria, la presidenta de Ciudadanos se esforzó en distanciar sus posiciones de las de Pablo Casado y de Vox. Ofreciendo acuerdos, favoreciendo la mayoría gubernamental, transaccionando votos por propuestas, Inés Arrimadas ha conseguido –de momento- que Ciudadanos tenga un valor mucho más alto que el número de sus diputados y generar un espacio de acuerdo ex novo, que no dependa en exclusiva de las formaciones nacionalistas. El espacio que Pedro Sánchez había propuesto en su primer intento de Investidura y que, entonces, hizo imposible el desacuerdo entre Rivera e Iglesias. Es imposible aventurar si esta nueva posición es una decisión estratégica, de un partido que aspira a ser corresponsable de la gobernabilidad como otros tantos en Europa o un movimiento táctico limitado de escaso recorrido. En todo caso Arrimadas ha devuelto a Ciudadanos un papel relevante en la política española, se ha librado de la facción más conservadora de su partido –Girauta se ha ido dando un portazo en el Twitter- y ha convertido en inútil al PP. La abstención in extremis del partido de Casado no puede evitar una foto parlamentaria en la que las posiciones populares no tenían relevancia aritmética –aunque sí la tienen socialmente, como es obvio- ; el disparatado discurso del presidente popular algo tenía de “despecho” y los intentos de Núñez Feijoo de modificar su posición en cuestión de horas – de la frontal oposición a la renovación del Estado de Alarma a un “apoyo matizado”- indican que la presidenta de Ciudadanos les ha pillado con el pie cambiado.

El Covid 19 nos ha deja decenas de miles de muertos. Familias rotas que no han podido siquiera despedirse. Miles de empresas cerradas y un escenario económico y social que más parece de postguerra. El coronavirus ha dejado al descubierto nuestras costuras; las de un sistema sanitario hospitalocéntrico que sólo se salvó con el confinamiento del país y la entrega de miles de profesionales agotados, enfadados y tristes. Nos deja las heridas de un sistema sociosanitario que nunca fue una prioridad pese a la realidad demográfica española y el ejemplo del norte de Europa. Nos deja mucha tarea por delante para reconvertir nuestra economía, fortalecer el sistema educativo, seguir explorando y ampliando el papel de la tecnología en el ámbito laboral y formativo y evitar la pérdida de derechos en un país con una economía más que encogida. Pero nos deja también la perentoria necesidad de acuerdos políticos para acometer reformas. Acuerdos en una Europa, en una Unión Europea, que os de todos o no es. Acuerdos para consolidar y potenciar las instituciones locales que se han convertido en la Administración más capaz y ágil en esta crisis. Acuerdos para eso que llamamos “co-gobernanza” central y autonómica, desde la humildad, la lealtad y el reconocimiento de errores por parte de todos; salir, vamos, de ese «confortable» lugar en el que Sánchez es el culpable de todo . Y acuerdos políticos de largo alcance. Algo que líderes de otra generación fueron capaces de hacer en momentos tanto o más difíciles. Tal vez esa senda inesperada que se abrió esta mañana debiera ensancharse y continuarse. Tal vez por ella debieran transitar organizaciones políticas que no lo tienen fácil para entenderse pero que tienen la obligación y la responsabilidad de hacerlo porque el momento así lo exige. Tal vez después del Estado de Alarma haya una oportunidad para el acuerdo. Ojalá.

 

LOS VIEJOS

 

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(foto Xavier Cervera, La Vanguardia)

Dia 26 de cuarentena. Leo una columna de hace unos días, escrita por David Trueba en El Pais. Un artículo dedicado a esa generación de silencio, trabajo y esfuerzo que ahora se muere en hospitales y residencias, sin siquiera poder abrazar a los suyos. Hace días que pienso en ello; posiblemente por mi madre, mi madrina, el recuerdo de mi padre, que se fue demasiado pronto arrebatado por esa otra pandemia llamada cáncer. Él nunca quiso sentirse parte de lo que llamaban “tercera edad”. “Vellos, somos vellos, e non pasa nada”. Tenía setenta y un años cuando murió, un sábado por la tarde, con mi mano cogiendo la suya, con quienes tanto le queríamos –y le queremos- a su lado.

No dejo de pensar en mi padre. En la suerte que tuvimos de estar con él, a su lado, en aquella hora terrible y los días anteriores. Ahora, de vez en cuando me acerco al jardín de mi madre para que me vea. Hace unos días me dijo “si me contagio, que no me lleven a ningún sitio, por favor”. Los niños de la guerra, titula Trueba. Mi madre nació en el 36; mi padre le llevaba tres años. Recuerdo cuando hablaban de su infancia –si a aquello se le podía llamar infancia-. Recuerdo la sensación de enorme tristeza de aquellos relatos de hambre y miedo. Miedo a la guerra, miedo a la enfermedad, a la muerte. Miedo a mirar adelante. Mi madre siempre dice que sólo recuerda el frío; la oscuridad y el frío. Mi padre tenía ocho años cuando cambió el pupitre por el trabajo; fumaba desde los trece “algo tiñamos que facer”, así que los pulmones le aguantaron lo suyo.

Dos supervivientes, como tantos. Sobrevivieron a la pobreza, a la postguerra, a la incertidumbre, a la emigración.. Trabajaron durante décadas, aquí y fuera. Cotizaron, ahorraron cada céntimo para que sus hijos pudieran ir a la Universidad. Se compraron un piso, construyeron una democracia y nos regalaron un país distinto a aquél por el que ellos transitaron de jóvenes. Con menos frío y más luz. Los viejos de ahora se hicieron mayores entre recurrentes debates sobre si iban a poder cobrar la pensión por la que tanto se esforzaron. Orgullosos de una España que lo mismo ganaba Mundiales que tiraba kilómetros de alta velocidad y venga grúas arriba y luego esqueletos de cemento para abajo…

Llegó la crisis y de nuevo el miedo, con algo menos de frío pero el doble de incertidumbre. Y esta vez emigraron los nietos, o los hijos. O los hijos y los nietos, eso si, previo paso por la Universidad. Las pensiones sirvieron para mantener a familias enteras y en medio de aquella borrachera de austeridad, los viejos se convirtieron en cuidadores de sus nietos y todavía hubo quien se atrevió a decirles que habían vivido “por encima de sus posibilidades”..

Ahora, el bicho los mata a miles. Solos, en hospitales o residencias, sin manos amigas ni lágrimas ni recuerdos. Mueren y ni siquiera los contamos como es debido. En Galicia –como en otras CCAA, que en esta indignidad se han puesto de acuerdo varias..- las personas muertas en residencias de mayores las contabiliza la Consellería de Política Social en lugar de la de Sanidad, y el número de fallecimientos no se da todos los días, ni siquiera se pone en la misma casilla, en una suerte de contabilidad paralela, sin una pizca de respeto por las personas mayores ingresadas ni por sus familias. Como si fueran muertos de segunda, o tuviera menos importancia que murieran, porque no ocupan respiradores de las UCIs; como si lo importante fuera “salvar el sistema” y no salvar a las personas. Sobrevivieron a la postguerra, al hambre, al miedo, al silencio, a la emigración y a la crisis. Pero están a punto de desaparecer engullidos por una extraña ingeniería contable que los oculta y los relega. Como si su muerte “afease” las estadísticas. Como si lo importante fuera el relato y no la realidad.

EL PODER DE LO LOCAL

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El día 13 de marzo, apenas unos minutos después de que se decretase el Estado de Alarma, el Concello de A Coruña lanzaba una batería de medidas para mantener el apoyo económico, material y social a todas las personas usuarias de los distintos programas de Benestar e Igualdade y anunciaba la puesta en marcha de mecanismos que evitasen la perdida de recursos de las familias más vulnerables. Un servicio de voluntariado específico –con más de quinientas personas- y la coordinación con Protección Civil, la Cruz Roja y otras entidades sociales han permitido el reparto de alimentos desde el primer día: usuarios de becas comedor, talón restaurante, personas mayores que viven solas, familias usuarias de los comedores sociales, asentamientos de infravivienda.El 20 de marzo estaba ya a pleno rendimiento el albergue temporal para personas sin techo en el Pabellón de Riazor, instalado con el apoyo del Ejército. Actividades deportivas, educativas y culturales on line, aplazamiento de impuestos, desinfección de espacios públicos y un dispositivo especial para víctimas de maltrato se implantaron en los días siguientes.

El ayuntamiento coruñés desplegó una capacidad de gestión que demostraba previsión y análisis. Pero no fue el único. Lugo, Culleredo, Ames, Camariñas, Xinzo, Betanzos, Valdoviño, Ortigueira, Monforte, Neda, Barbadás, Muxía o Pol. Desde la desinfección de las calles a definir nuevos servicios del SAD. Desde llamadas diarias a personas que viven solas a dispositivos para que los chavales puedan seguir haciendo sus deberes aunque no tengan internet. Desde el reparto de alimentos o medicación a cantarle el “cumpleaños feliz” a los peques que tienen que pasar la fiesta en pleno confinamiento.

Grandes y pequeños, muchos ayuntamientos se han convertido en el mayor apoyo de sus vecinos en esta alerta sanitaria. Lo han hecho gobiernos locales de larga experiencia en la gestión como Ares o Vigo pero también recién llegados como Cee, A Cañiza o el propio ejemplo coruñés, demostrando que lo realmente importante era el compromiso social y la plena consciencia de que sus vecinos y vecinas les necesitaban ahora. Lo han hecho, además, sin perder un segundo en reproches a nadie y sumando al tejido social dando un ejemplo de lealtad del que debieran aprender otras administraciones. Y lo han hecho con rapidez, siendo conscientes de qué necesitaban en estos momentos las familias; sirva de ejemplo que la Concellería de Benestar de A Coruña programó el reparto de alimentos de menores usuarios de becas comedor desde el día siguiente a la finalización de las clases mientras la Xunta anunció aún el día 30 de marzo (diecisiete días después de decretado el Estado de Alarma) que se abría una convocatoria para apoyar a familias usuarias de becas comedor autonómicas.

Durante los últimos treinta y cinco años el desarrollo pleno del Estado de las Autonomías permitió descentralizar servicios y administración de manera casi única en Europa. Los Gobiernos autonómicos adquirieron competencias prácticamente plenas en temas como educación, sanidad, igualdad, consumo o política social y muy amplias en otros ámbitos como transportes, medio ambiente e infraestructuras. La descentralización nunca alcanzó el nivel local; bien al contrario, el debate político se centró durante décadas en la financiación autonómica y en una suerte de lucha con el poder estatal para tratar de arrancar nuevos niveles competenciales, pero de ese debate quedaron excluidos los ayuntamientos. Es más, de alguna manera el ámbito local se trató como una “administración menor”, incapaz de gobernarse a sí misma, que debía ser “fiscalizada” y sometida a los designios de los Ejecutivos autonómicos.

En plena crisis económica Montoro decidió recortar aún más la autonomía municipal, asfixiarlos económicamente y dejarlos sin capacidad de acción ni de decisión. Por cierto, en aquél momento no hubo revuelo mediático alguno ni tampoco cuando, pasados los años de la austeridad, el presidente de la FEMP, Abel Caballero, tuvo que litigar durante meses para intentar mejorar, al menos un poco, la situación económica de los municipios. Eso sí, a lo largo del periodo de la crisis fueron de nuevo los ayuntamientos con más compromiso social quienes debieron dar apoyo a las familias aunque una vez más, se ponía en cuestión capacidad, solvencia y rigor municipal cuando no se les señalaba como causantes de la crisis.

Lo cierto es que en estas cuatro décadas de municipios democráticos muchos ayuntamientos no sólo resolvieron los principales problemas de sus vecinos sino que abanderaron iniciativas que modernizaron y mejoraron de una manera sustancial la calidad de vida de pueblos, villas y ciudades. Redes de escuelas infantiles, centros de día, escuelas deportivas y hasta conservatorios, bandas, teatros u orquestas sinfónicas. En el año 2006 la entonces Conselleira de Educación, Laura Sánchez Piñón, anunció su intención de que la totalidad de los colegios públicos contasen con servicio de comedor; en el debate parlamentario afirmó: “queremos extender el modelo coruñés a toda Galicia”. A Coruña llevaba entonces dos décadas implantando servicios de conciliación y complementarios en los centros educativos, en colaboración con las ANPAs. Es sólo un ejemplo; uno más.

Los concellos han vuelto a demostrar su capacidad de gestión y su agilidad. Los dispositivos para atender a mayores solos y menores han sido espectaculares y, en muchos casos, la única esperanza. Espero que, cuando esta crisis termine y a las ocho de la tarde ya no estemos aplaudiendo en las ventanas sino tomándonos un café con los amigos no olvidemos que aquello de “actuar localmente” era algo más que un slogan bien traído. Espero que, cuando los sesudos análisis vuelvan a intentar colocarnos aquello de que sobran ayuntamientos y algún Conselleiro (o Conselleira) se ponga estupendo señalando las carencias municipales, les recordemos –a los columnistas y a los estupendos- que cuando pintaron bastos miles de vecinos y vecinas supieron a qué puerta llamar. Enhorabuena y muchas gracias!

ES LA DEPENDENCIA, ESTÚPIDO

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Ayer, viernes, las personas fallecidas en residencias de mayores, por coronavirus, superaban en nuestro país las 1500; más de mil en Madrid. Sólo con esa cifra España estaría ya en el sexto puesto mundial en cuanto a muertes por el Covid 19. Para entender esta foto del horror conviene volver a 2006, cuando el Gobierno Zapatero colocó en la agenda política la creación de un Sistema de Atención a la Dependencia. Por aquél entonces, los días y meses se llenaron con un continuo tira y afloja, hasta su aprobación en 2008. En el “tira” las entidades del Tercer Sector, colectivos afectados y colegios profesionales que llevaban años reclamando una red de servicios públicos acorde con las necesidades de los mayores y la discapacidad. “Aflojando”, buena parte de los Ejecutivos autonómicos, más preocupados de competencias y financiación que de dar una respuesta digna a quienes no la habían encontrado en el llamado Estado del Bienestar.

Era la España opulenta. Consejeros y Presidentes preferían sembrar campos de golf para disfrute de jubilados británicos que asumir la creación de un sistema público para atender a los de aquí. Definitivamente, el envejecimiento tenía menos glamour y era más costoso. Luego llegó la crisis y los apóstoles de la austeridad le pasaron la tijera al recién nacido “Sistema de Dependencia”. Ni siquiera su impulsor, el Estado, cumplió su parte del compromiso económico, mientras las listas de espera de Centros de día, SAD o Residencias se hacía eterna y las mujeres volvían a cargar sobre sus hombros el peso de los cuidados. Al otro lado del espectro ideológico, los jóvenes del 15M llenaron las plazas con la ira de su propia precariedad y ni siquiera cuando gobernaron situaron la Dependencia entre las prioridades.

Con el 2020 llegó el Covid 19, y entró en las residencias de mayores. Las historias de abandono, opacidad, cadáveres abandonados y las denuncias de familiares parecen sacadas del cine negro y la Fiscalía ya ha anunciado una investigación posterior. Por otro lado, cientos de miles de personas mayores que viven solas transitan aterrorizadas este confinamiento; sin visitas, sin poder salir y, muchas de ellas, con dificultades para cumplir sus tratamientos, hacer ejercicio, asearse convenientemente o seguir una dieta medianamente equilibrada. Sin más compañía que la televisión o la radio, donde cada hora les recuerdan que en esta crisis sanitaria ellos son el punto más débil. Algunos ayuntamientos, como el de A Coruña, han puesto en marcha programas de reparto de comidas, atención directa y telefónica con voluntariado. Si la transmisión infecciosa es un peligro, quizás mayor aún el riesgo de desorientación, depresión y demencia provocados por el miedo y la soledad. Cada día vemos la foto fija que nos deja el coronavirus; tal vez deberíamos empezar a pensar en la que tendremos   –económica, pero también social- al final de la crisis sanitaria.

El envejecimiento ha sido poco más que un discurso interesado durante estos quince años. En Galicia lo sabemos bien. Feijoo sacaba la curva demográfica a pasear cada vez que había un Debate del Estado de la Autonomía y largaba una ocurrencia para llenar titulares. Hemos tenido de todo: comisiones demográficas, Planes nunca cumplidos, Estrategias para empapelar la Catedral.. De todo menos inversiones. De todo menos servicios. En A Coruña, la última Residencia pública construida por la Xunta la inauguró Fraga en el año 2000; desde entonces, la única actuación autonómica de envergadura fue la Residencia La Milagrosa, gestionada por la UDP en el edificio cedido por la Diputación, en la que la Xunta invirtió 1,5 millones de euros, allá por 2007, durante el gobierno de Touriño. Las restantes actuaciones fueron impulsadas por fundaciones –Fundación Remanso, Fundación ADCOR y Fundación Ortega- en terrenos municipales o equipamientos privados.

Nada hay más predecible que una curva demográfica. España envejece. Galicia, más. El envejecimiento conlleva riesgos conocidos y, por tanto, también previsibles. Mantener un centro de mayores en buenas condiciones no es responsabilidad de la UME, por mucho que el Director Xeral de Maiores prefiera mirar para otro lado y exigir no se sabe qué al Ejército. Es probable que España tenga un problema de inversiones en la Sanidad Pública – Galicia, más-, pero lo tiene aún mayor con la Dependencia y el –inexistente- espacio sociosanitario, esa rendija por donde se nos coló el Covid 19 para agrietar el edificio entero.

Invertir en servicios no sólo garantiza calidad de vida sino que genera empleo, innovación social y promueve la investigación en un ámbito de gran valor añadido. Doy por hecho que no aplaudimos el ejemplo de Boris Johnson o las teorías del Gobernador de Texas, así que, tal vez, antes que finalice el confinamiento, debamos seguir el ejemplo de James Carville durante la campaña de Bill Clinton y colocar un cartel que nos recuerde la tarea esencial que tenemos por delante. Un cartel bien grande con el lema “ Es la dependencia, estúpidos”.

ALGUNAS IDEAS PARA QUEDARNOS EN CASA (y no loquear..)

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Bueno, no es demasiado tiempo, de momento dos semanas, pero estamos poco acostumbrados a quedarnos en casa, a trasladar allí nuestro trabajo y, por si fuera poco, con toda la familia dentro. Una prueba. Algunas ideas para hacer más llevadero este confinamiento..

  1. Habilitad un espacio en casa para trabajar, sólo para trabajar. No lo hagáis desde la habitación donde dormís. Tratad de delimitar el lugar de trabajo y separarla del resto. No os llevéis la comida para delante del ordenador. Orden y organización.
  2.  Intentad poner un horario de trabajo. No os arriesguéis a trabajar todo el día. Un horario os ayudará a aprovechar el tiempo; mantener una cierta rutina os ayudará a pasar este tiempo lo mejor posible
  3.  Esto funciona, igualmente, con los niños y niñas. Ponedles un horario en casa. Levantarse, desayuno, un poco de trabajo de clase, algunos juegos. Dar clase y seguir estudiando no es fácil desde casa. Necesitan horario, materia y un lugar adecuado para hacerlo. Un poco de organización les ayudará a pasar la mañana.
  4. Además de las tareas que les hayan enviado desde el colegio o que tengan en las aulas virtuales, hay un montón de APPs y webs educativas que en estos momentos están convirtiendo en gratuitos sus contenidos. Y la mayoría de ellas son de enorme calidad
  5. Buscad una tabla de gimnasia/ejercicio para hacer en casa y otra específica para los peques. Dos semanas metidas en casa no pueden ser quince días de sedentarismo. Hay un montón de tablas y opciones que os servirán de guía. Dedicad un tiempo a hacerla; si podéis en días alternos. Hay videos, tutoriales o clubes de running o gimnasia que se están ofreciendo a preparar tablas específicas. Ánimo y a dedicarle una hora a estar bien de salud!.
  6. Para las personas mayores es ESENCIAL que mantengan ejercicio físico, contacto (aunque sea telefónico) con la familia y no se metan en cama todo el día. Pensad que es realmente importante que las cuidemos y que evitemos que se depriman o encierren en su habitación estos días. Hay tablas de ejercicios específicos para mayores que pueden hacer e incluso un canal de youtube que, desde la próxima semana, dará sesiones de gimnasia para mayores gratuitas los lunes, miércoles y viernes (os dejo enlace abajo)
  7. Insisto en el contacto de las personas mayores con su familia y su entorno. Que las llamen los nietos, amistades, familia. El cariño y la charla les harán más llevadero estos días y evitarán que entren en pánico. Recordad que algunos ayuntamientos (por ejemplo A Coruña) cuentan con un servicio de voluntariado para personas mayores que necesitan ayuda o viven solas. En otros sitios (por ejemplo Lugo) han aparecido grupos de voluntariado espontaneo para echar una mano. Buscad en la redes sociales y encontraréis, seguro!
  8.  Haced las comidas en un horario prefijado. Ojo a pasarse el día picoteando o comiendo.. que son quince días. Procurad elegir menús equilibrados y limitar las chuches.. Incluso es un buen momento para practicar cocina toda la familia, aprender recetas y a elaborar dietas y menús equilibrados. Vamos, un Masterchef sano y fácil.
  9.  Evitad quedaros horas y horas delante de la televisión o trasnochar sin límite viendo series. Ojo a la sobre información que nos hace tanto daño y nos impide racionalizar un momento diferente para el que no teníamos demasiado entrenamiento. Esta es una situación transitoria pero no estamos acostumbrados a estar tantos días en casa. Necesitamos una cierta disciplina horaria.
  10.  En las redes encontraréis un montón de recursos on line gratuitos que os pueden echar una mano estos días.. visitas virtuales a los museos, ediciones libres de revistas y libros, obras de teatro, ópera, conciertos, ballets. Hay toda una oportunidad para descubrirlos!
  11. Llevamos años despotricando porque los críos usan mucho los móviles.. pues ha llegado el momento de que sean útiles y de afinar la creatividad. Un grupo de chicas han compuesto una coreografía conjunta, otros se  inventan concursos via Skype o se montan una fiesta vía Instagram. Pues adelante, veréis cuántas iniciativas merecen la pena!!
  12.  Quince días dan para mucho.. Cuánto tiempo llevas queriendo ver entera The Crown o leer al fin “Guerra y paz”..?, cuántos años llevas jurando que vas a ordenar los libros que inundan tu casa o descargar y archivar las fotos de todas las vacaciones, cumples, fiestas y carreras..?.. pues mira.. ahora puedes hacerlo!
  13.  Y mucha tranquilidad y tolerancia. No todas las personas tienen fácil adaptarse a estas circunstancias, así que quienes tenéis más capacidad os toca un ejercicio de paciencia «supletoria». Ahora mismo nos parece que queda un mundo pero veréis qué pronto pasan. Eso sí.. un poco de disciplina horaria, un poco de rutina, un poco de organización, fuera pijamas y a bienvenida toda la creatividad!

 

Y aquí os dejo algunos enlaces que os pueden ser útiles..

ÓPERA GRATUITA DESDE EL MET https://www.metopera.org/

PORTAL CON MATERIAL EDUCATIVO https://edu.cerebriti.com

GIMNASIA GRATUITA PARA MAYORES: lunes, miércoles y viernes a las 10.00 h

  1. Pincha este enlace: https://www.youtube.com/channel/UCsfV2hplbUIv0BXRgqpdTcg

O, si no:

  1. Abre el youtube (si no se tiene instalarlo desde Google play/iTunes).
    2. Busca el canal Ana D M HAIKU repetando mayúsculas y minúsculas.
    3. Subscribirse dando click en el botón «Subscribirse».

 

MUCHAS GRACIAS!!!

LA FOTO

Prueba superada. 21 kms. #C21. Agotada, pero encantada de haber superado la Media Marathon!!!. Pero esta superación tiene “responsables”. Sin ellas y ellos no lo habría conseguido, ni siquiera se me habría ocurrido intentarlo, así que estos 21 kilómetros van por ellos. Por Luis, Jorge y Mateo, que un día me dijeron “tú puedes!”. Por Fany, mi amiga, compañera, la que me rescató hoy mil veces, me dio ánimos, me ayudó cuando yo no tenía fuerzas; sin ti, Mundi, no lo habría conseguido, no habría terminado. Por la Mister, Elena, porque no hay palabras para explicar cuánto me has ayudado y cuánto nos ayudas cada día, con esta #Mochila llena de cariño, de amistad, de comprensión, de fuerza. Recordad!!!.. Este sí es un buen sitio!!..

Por Ana Hermida, la que un día tiró por nosotras y nos convenció que 21 no eran tantos (y te hicimos caso, Hermida!!) y por Marta, que nos compone canciones para animarnos.. Ellas no pudieron correr hoy pero estuvieron igual apoyando y animando, de cerca o de lejos!. Por Madó (gracias, jefa!!!!) y Lore (una crack, peque), que me arroparon, me esperaron y me dieron, son Fany, el último aliento de apoyo (graaaacias). Por María (cuántos kilómetros!!!) y Susana (gracias, elegante!), que me recogieron del suelo en aquél entrenamiento.. Valió la pena hasta caerse!!.  Por Elisa, grande, paisana este año espérame en la Meta en Ortigueira!!!  Por Bea, grande, torito!!, tu ejemplo del año pasado nos animó!!. Por Pilar, una crack y por Belen, que dijo «quén dixo medo?». Y por Adri, cuánta fuerza tienes, queridiña!!. Esa sonrisa tuya, siempre!!!

Por tres grandes (cuatro con mi Fany) que hoy decidieron ayudarnos a correr y llegar!!.. por vosotros Victor, Micky y María Uría; generosidad a tope!!. Por las que nos ayudasteis y animásteis, Ana Blanco (siempre animando, ahora te tocan a ti los 10 km!), Ana Pérez (el próximo año, en meta!) , Pilar (qué gran señora!!), Rosi (gracias, siempre, queridiña) Gracias, chicas, por estar siempre!!. Mil gracias por tu ayuda, Isa!.

Gracias por el aliento en cada kilómetro, Lore Ponte (gracias, crack!!) Ana López and husband ( no sé cómo llegabais a todos los sitios), la familia Carregal Somme (hasta en bici!!), la familia Hernández (Capiiiii!), la presi de La Mochila, un amorrrr!!, Roberto, #theartist.. Gracias Simón y Yolanda, no sabéis qué subidón era veros y oiros!!. Gracias Belén y Gemma!!. Gracias a las peques mochileras que trabajaron y ayudaron toda la mañana!!. Gracias a las mochileras que hoy no pudieron estar pero que sois parte de este lugar maravilloso!!!

Por los compas de carrera, mis amigos Ton y Yulia (dos super cracks), Victor Hugo (muack!), por Silvia, Susana, Fernando Martínez y tantos valientes!. Gracias a quienes nos animásteis y nos ayudasteis a llegar..Por Marcos Seoane (hoy me tocó sudar a mi, director!), Cristina Vara (mil gracias, compa), Pepe Lorenzo, Katy, Sandra, Miura.. Gracias Isidoro, Suso y Jota por el cariño.

Gracias a Juan Garcia, por haber corrido a mi lado tantas veces y gracias a Pili Neira, que me presentó a Fany y María Uría y a Lis Franco que me presentó a Madó y ese día mi vida empezó a ser un poco (mucho) mejor.

Graciassssssssssss

LA (VERDADERA) DEUDA CON GALICIA

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Si un extraterrestre viniera ahora por Galicia y, para ponerse al día, leyese las principales noticias creería que Pedro Sánchez es un malo malísimo que lleva décadas aprovechándose de los gallegos mientras un tal Feijoo acaba de llegar a la presidencia y no está dispuesto a que el maléfico les time unos millones de euros que se niega a pagar.

Confieso que siempre he admirado de Feijoo su capacidad de “colocarnos” relatos de lo que parecía ser la realidad, pero no era más que una cortina de humo –una más- o un trampantojo con el que engañarnos. Cierto que colocar relatos de éxito es más sencillo a golpe de chequera, pero aún así tiene su mérito. El presidente gallego jamás esconde su estrategia; para qué va a hacerlo si, finalmente, todos la siguen fielmente.. Unos por dinero. Otros, gratis.

En el año 2017, el entonces Ministro Montoro modificó unilateralmente el Sistema Inmediato de Información que hizo que en la práctica sólo se recaudasen 11 meses del IVA de las CCAA. Ya en 2019 el PSOE intentó aprobar unos PGE que incluían una solución para devolver el dinero a las Comunidades Autónomas. El PP votó en contra. Por mucho que lo intenten no encontrarán, ni en 2017 ni en 2019, al impetuoso Núñez Feijoo clamando contra su partido, por modificar la norma y crear una deuda para Galicia o exigiéndoles apoyar los Presupuestos que contenían la solución económica de la “trapallada” del gobierno Rajoy.

Ahora, si. A un mes escaso de la Investidura y en la antesala de las Elecciones autonómicas con mayor incertidumbre desde hace años, Feijoo se pone el disfraz de vengador justiciero y reclama la deuda. Naturalmente, sus voceros habituales le siguen el juego. “La deuda con Galicia”, titulan sin sonrojo quienes callaron y ocultaron la treta de Montoro y el silencio culpable del presidente gallego.

Lo cierto es que sí hay una deuda con Galicia. De hecho hay varias. Repasemos algunas. Hace un par de semanas se hacía pública un informe del Tribunal de Cuentas al respecto de las obras del AVE durante el mandato de la Ministra Pastor. El documento recoge la “gestión” de la persona de confianza de Mariano Rajoy: un recorte del 50% de las inversiones en la alta velocidad para Galicia y NINGUNO de los objetivos alcanzados. Efectivamente. Ninguno. Tal afirmación no la hace, siquiera, el TC sino el propio equipo de Fomento en su Memoria. Una página y poco más ha merecido este Informe. Se imaginan cuántos titulares y artículos de opinión se habrían generado “espontáneamente” si el responsable de tal desaguisado hubiera sido Ábalos?.

Sábado 1 de febrero. Concentración en la Costa da Morte reclamando que se cubra el servicio de Pediatría; tienen un pediatra de baja, uno de vacaciones y a otro lo han trasladado a Verín para intentar reabrir el paritorio que tantos disgustos le ha dado a Núñez Feijoo. A la misma hora, en Valdeorras se concentra la población exigiendo una adecuada dotación sanitaria en la comarca. Un periódico de A Coruña informa de las mil firmas reunidas por la A.VV. de Novo Mesoiro para exigir a la Xunta el servicio de comedor del CIP del barrio.

En realidad da igual que sea sábado o lunes. Que hablemos de sanidad, educación, infraestructuras o dependencia. Que lo hagamos desde Coruña, Vigo, Verin o Ribadeo. Lo cierto es que los diez años de Núñez Feijoo han sido una década de anemia en los servicios públicos, recortes en las inversiones y falta de compromiso con los gallegos. Eso sí, han sido diez años de titulares que en eso se quedaron, sin llegar a nada más.

Recuerdan que se iban a fusionar la mitad de los ayuntamientos gallegos?. Sólo Oza-Cesuras.. pero cuánta literatura dejó!!. Recuerdan que iba a solucionar el problema demográfico?. Dos años de Comisión parlamentaria, anuncios y reanuncios.. y nada más. Recuerdan los chinos que iban a invertir en Punta Langosteira?. Ni uno. Y en Barreras, Alcoa o Ferroatlántica, sin rastro de Feijoo. Recuerdan que íbamos a tener la mejor educación de Europa?.. pues se cuentan por miles los puestos de profesorado interino y si se ponen a averiguar quizá descubran que a sus hijos les da clase de Historia un licenciado en Matemáticas, o les explica Biología una profesora de Educación Física..

Feijoo ha sido un presidente pródigo en anuncios pero inútil a la hora de resolver los problemas de Galicia. Y deudor. Con todos los concellos gallegos. Desde la Orquesta Sinfónica a la dotación de profesorado, desde los servicios a personas mayores hasta la vivienda, desde la depuración de las aguas a la política industrial. Pero ahora que se acercan las Elecciones que pueden alejarle de Monte Pío, tan pronto reabre paritorios como se inventa proyectos hospitalarios de última generación y, por supuesto, desempolva el disfraz de justiciero para reclamar la “deuda” con Galicia, La deuda de los socialistas, naturalmente. El PP no tiene deudas. El PP siempre cumple. Recuerdan el “Plan Galicia” de Aznar?, y la Intermodal de Negreira y Rajoy?, recuerdan el AVE de Pastor?, recuerdan?.

Leo en un periódico que la “deuda” del IVA pagaría las vacunas en Galicia doce años.. Vacunas como las que las familias gallegas iban a comprar a Portugal porque el gobierno Feijoo no las autorizaba?, tratamientos como los de la hepatitis que Feijoo no prescribía?.. Es una pena que nadie le haya puesto número a los incumplimientos del gobierno popular con los gallegos. Una verdadera lástima.

La verdadera deuda con Galicia será la de los progresistas gallegos. Si no son capaces de construir una alternativa que termine con estos diez años de no-gobierno de Núñez Feijoo.. eso sí será una deuda.

Un ejercicio de democracia

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Hace casi cuatro años, en las Primarias de 2014, se celebró en nuestra Agrupación Local el primer debate entre candidatos municipales, Angel Garmendia y yo misma. El debate fue seguido, con enorme expectación, no sólo por militantes sino por medios de comunicación de la ciudad y de toda Galicia y fue moderado por el entonces delegado del Colexio de Xornalistas, Marcos Sanluis. Los socialistas coruñeses hicieron, aquél día, un ejercicio democrático único en nuestra ciudad y  a la altura de lo que se estaba promoviendo por el PSOE en toda España. Unos meses atrás habían sido Pedro Sánchez, Eduardo Madina y Pérez Tapias quienes habían hecho lo propio en medio de las Primarias federales de 2014 y luego los ejemplos se multiplicarían, desde el ámbito local al autonómico y a lo largo de todo el territorio español. Hoy se repetirá la experiencia, con el debate entre cuatro personas que presentan su candidatura a encabezar la lista para las municipales coruñesas. Tres compañeros y una compañera que merecen nuestro respeto, agradecimiento y consideración y que, sin duda, llevarán a cabo un gran debate, moderado en este caso por Lois Fermín Rodriguez, un compañero de la Agrupación miembro de la Ejecutiva Provincial.

Los debates electorales forman parte del ejercicio democrático de cualquier elección entre personas. Más allá de las fórmulas elegidas e incluso de la importancia real que tenga el propio debate en el resultado final, le mero hecho de realizarlo es ya una declaración de intenciones, una manera de ser y estar en la participación política y en la democracia interna. La decisión que el PSOE tomó en su día de elegir candidaturas a instituciones y cargos de relevancia -como las secretarías generales- bajo la fórmula de Primarias obligó a incorporar mecanismos que ayudaran a convertir estas elecciones en un elemento de impulso y apertura del propio Partido. Los debates, sin duda, lo son.

Casi ciento cuarenta años después de su fundación, el PSOE ha vuelto a situarse en la vanguardia de la política. Es cierto que debemos mejorar los procesos para evitar enfrentamientos estériles y dañinos entre compañeros. Hemos de decir que, en ese sentido, estas Primarias coruñesas han sido ejemplares, con apenas algún intento menor de enturbiar el buen clima entre candidatos que no logró su objetivo. Las Primarias deben ser una fortaleza de los socialistas, no convertirse en una debilidad por las propias fisuras que abren entre quienes legítimamente se enfrentan. Los debates deben servir para aportar propuestas, reflexionar sobre los problemas de los y las coruñeses y confrontar visiones, sin que ello suponga lastimar al de enfrente; el daño que se hace a un compañero se hace al propio partido y, por tanto, se nos hace a todos y todas.

No es necesario recordar aquí el método de elección de candidaturas de otras formaciones políticas, no sólo de la derecha, siempre más cómoda con el dedo designando plaza y puesto, sino también con aquellas organizaciones que presumen de ser «nuevos» y que suelen convertir los procesos de elección en complejos procedimientos que sólo buscan esconder carencias democráticas. El PSOE dijo Primarias y hace Primarias; dice debates y los lleva a cabo. Hoy, estemos más que nunca orgullosos de quienes somos, de quienes fuimos y de cómo nos comportamos. Hoy, más que nunca, estemos orgullosos de ser socialistas, con historia, con experiencia pero, una vez más, dando pasos adelante  y abriendo caminos a la libertad, la participación y a la democracia. Hoy, más que nunca, orgullosos y orgullosas de pertenecer al Partido Socialista.

719,69 euros

 LIBROS TEXTO

Hace unos días, el presidente de ANELE – Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza- Antonio Ávila, manifestaba su preocupación por el hecho de que la facturación de sus representados caerá este año un 10% por culpa, según el señor Ávila, de la “descoordinación entre administraciones”, descoordinación que agranda la brecha entre alunado de distintas CCAA. El presidente de los editores presentaba el informe llamado “El libro educativo en España. Curso 2018-19” que alerta de esta baja en la facturación y en el que se señala que “el gasto medio por alumno este curso será de 102,4 euros, cuatro menos que el curso anterior”.

No estoy en condiciones de discutir estos datos con el señor Ávila ni con ningún miembro de ANELE ni poner en duda los números que han ofrecido. Estoy segura que los 828,8 millones de euros que van a facturar este año representan la caída que lamentan y también acepto que ese montante dividido por el alumnado español nos dé como resultado esos 102,4 euros recogidos en dicho informe. Lo que ocurre es que el dato, matemáticamente impecable, es socialmente falso. Por ejemplo, si tomamos la cifra que el Forbes adjudica a Amancio Ortega en el 2017 – 66.300 millones de euros- y la dividimos entre los cuarenta y siete millones de españoles, podríamos decir que cada uno de nosotros –incluido el señor Ávila- tiene 1.410, 63 millones de euros en nuestras cuentas. No sé ustedes; yo no. Y estoy por jurar que el señor Ávila tampoco.

Voy a contarles, brevemente, mi historia. Tengo dos hijos de catorce años. Buenos estudiantes, pasan este año a 3º de la ESO. Estudian en un centro público. El 29 de junio pasado, a las cinco y media de la tarde, compramos los libros del curso que empezará dentro de unos días. He fotografiado el ticket para que vean que no miento: 719, 69 euros. Dividido entre dos, 359,845 euros cada uno. Sólo en libros de texto. No está incluido ningún otro material escolar: ni libretas, ni bolígrafos, ni material de dibujo. Mis hijos, además, practican deporte y hasta tenemos la suerte de que uno de ellos estudia en el Conservatorio el Grado Medio de Clarinete. Les evito el relatorio subsiguiente.. Todas las familias saben a qué me refiero.  El coste del inicio de curso se convierte en una losa para muchas familias y el precio del material educativo, en concreto, un auténtico disparate no sólo desde la perspectiva de las economías domésticas, sino desde la de un país que aspira a que la educación sea una herramienta de igualdad y justicia social.

Muchos centros y grupos de ANPAs han puesto en marcha los llamados “bancos de libro” en los que se trata de proveer de material a aquellas familias que tienen dificultades para adquirirlo. Muchos ayuntamientos llevan años habilitando partidas económicas para ayudar a la compra de los libros de texto, bien a través de las llamadas “Ayudas de emergencia” bien gracias a programas específicos para ello. También algunas CCAA lo han hecho, directamente (en Galicia lo llevó a cabo Emilio Pérez Touriño hace diez años y, por cierto, fue atacado por los sectores más conservadores e incluso por medios de comunicación que luego reiteran cada año lo caro que es volver al cole…) o apoyando a centros educativos o a entidades locales. Sin embargo, la mayor parte de los hogares de nuestro país con hijos e hijas en edad escolar temen la llegada de septiembre y la adquisición de los libros, el material, el uniforme o la ropa deportiva como un auténtico calvario, que no parece mejorar con el paso de los años y que nadie parece querer afrontar como un verdadero reto “de país”.

Es obvio que España ha avanzado en veinte años veinte siglos en lo que se refiere al acceso a la educación, tanto a los niveles más tempranos como a la superior, pero lo es también que hay algunas cuestiones que no sólo no se han resuelto, sino que con la crisis se han agravado; el acceso a los libros de texto y al material escolar es una de ellas, al igual que las tarifas de la educación universitaria y el acceso a la formación postgrado. El acceso a la educación, a los servicios complementarios (transporte, comedor, actividades), a la formación plurilingüe y a la consecución de un curriculum formativo completo no debería depender de la capacidad económica de nuestras familias. En un país que clama todos los días porque las mujeres han retrasado la edad de ser madre, no debería ser tan difícil y tan costoso dar a tus hijos una educación digna, y menos en el sistema público. Creo que la Ministra tiene aquí una oportunidad de promover y acelerar la transición a un modelo educativo más justo y equitativo. Organizar el acceso al material educativo (bancos de libros en todos los centros, programas de libros gratuitos, transición definitiva a las plataformas virtuales…), eliminación del papel para el estudio, medidas fiscales, universalización de los servicios complementarios y de la formación plurilingüe en la educación pública.. En definitiva, invertir en el presente y el futuro del país y en ampliar los derechos de los niños y niñas. Estoy segura que pocas inversiones serían mejor recibidas por parte de los ciudadanos.

LAS MINISTRAS, LA DECENCIA Y EL ABC

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Confieso que, transitada la emoción y las sorpresas de las primeras horas, pensé que todos esTos “sesudos análisis” acerca del “estilismo” de las Ministras habría llegado a su fin. Sus colores favoritos, su entrega a la maternidad, la profesión de sus maridos y el lugar que eligen para pasar las vacaciones dan para dos o tres reportajes, pero superada la semana era de esperar que no llegaran más allá. Porque os sorprendáis o no, el “Gobierno con más mujeres de la historia de España” y uno de los de mayor presencia femenina de todo el planeta, ha estado sujeto, como no, al escrutinio de esa corte de personas “expertas en estilo” a quienes importan más las chaquetas de Nadia Calviño -por poner un ejemplo-  que su capacidad para dirigir la oficina presupuestaria europea, antes de cumplir los cincuenta. Sin ir más lejos, el diario “El Español” se vio “obligado” a publicar un reportaje aludiendo a los “estilismos” de los Ministros tras la lluvia de críticas que le cayeron en las redes sociales a su publicación sobre la “austera elegancia” de las Ministras socialistas.

Confieso que pensé que todo esto había finalizado, pero en esto… llegó el ABC. Como en todo, siempre hay que va un punto más allá; siempre hay quien no se contenta con estar en el término medio y aspira a todo, al top ten.. al top ten de lo que sea, incluso de la indecencia escribiendo artículos periodísticos. Hoy, el ABC, un periódico conservador pero con una historia que deberían respetar ellos mismos, se despacha con un supuesto reportaje -no creo que merezca nombre tal- “analizando” el estilazo -o no- de las Ministras.. Y con la soltura que da el tema y la editorial, una supuesta «experta» desgrana tal cantidad de impertinencias, malas formas y hasta un punto de indecencia que sorprende  se haya tolerado su publicación.

A la “analista” le preocupan las “medias tupidas” y el tacón “demodé” de Margarita Robles, Magistrada, Ex Secretaria de Estado y una de las personas con una carrera más exitosa y relevante del mundo de la Judicatura española. A Meritxell Batet (sin duda una de sus favoritas junto a Dolores Delgado, “la más bella del gobierno”), sólo le faltan – para arreglar el conflicto catalán-  unas pulseras de Mango de dieciseis euros.. que tampoco es dinero.. Lo demás, todo perfecto. En cambio Teresa Ribera -una autoridad europea en energía y cambio climático- va, la pobre, desaliñada.. “algo desaliñada”, para ser exactos… y debería maquillarse, por lo visto, para dar gusto a no sé quién.. Y así todo.. una a una.. Carmen Montón no encuentra estilo, Calviño parece de los ochenta, y Maroto lleva la falda demasiado corta.. (que esto ya parece una canción de Estopa).  Una alegría para el cuerpo y la vista.. y un dolor para el mesencéfalo, por ejemplo… Tan así todo, que al llegar a Magdalena Valerio la autora echa el resto.. “… de ojos penetrantes y chasis de aquí te espero ha sabido sacarse partido. Ha superado una enfermedad con turbantes bien escogidos…”.. Pues si.. que Magdalena tuvo cáncer pero lo llevó con estilo, vaya.. Y qué queréis, aquí ya una se queda sin palabras…

Cierto es que esto de la igualdad no está al alcance de todo el mundo.. Cierto que entender qué significa la igualdad de género, la paridad, la necesidad de implementar políticas para que la mujer -las mujeres- recuperen la posición robada por tantos siglos de ocultamiento, de discriminación, de negación.. Es cierto que las gafas violeta no ayudan a quien no quiere ver el mundo como es, ni la historia como fue.. no ayudan a quienes siguen pensando en la vida en blanco y negro, con las mujeres pacientes en su casa, cuidando a su prole mientras “el cabeza de familia” trabaja de sol a sol para que ellas sean las “reinas del hogar” y ellos los reyes de lo demás. Cierto que esto del 8M no penetra en la piel de todo el mundo y que hay quienes prefieren llamar “feminazis” a las feministas, porque así se ahorran utilizar medio cerebro.. pero esto de hoy es un poquito demasiado.

El ABC debería pedir disculpas. A las Ministras, elegidas por su capacidad y su formación y no por la marca del bolso que usan. Al Gobierno de España, porque un diario de la tirada del ABC, de su importancia en la prensa española, no puede ni debe “analizar” de esta manera frívola y hasta chabacana, al Ejecutivo español. A las mujeres, porque el tratamiento discriminatorio e injusto que se hace de las Ministras, obviando su capacidad, formación y talento, afecta a todas las mujeres.. esa y no otra es la raíz de la desigualdad. A Magdalena Valerio, porque esta experta en Seguridad Social y empleo es mucho más que su chasis, sus turbantes y su enfermedad. Y a sus lectores, que sea cual sea su ideología no merecen leer estas “informaciones”.